This article is also available in English: Diana Bellessi: Ecological Subjectivity and the Poetics of Biodiversity.

En ‘El Jardín Secreto’, un documental de 2017 sobre la poeta Diana Bellessi, la autora nacida en el pueblo rural de Zavalla, en la provincia de Santa Fé, comienza diciendo ‘el mundo se achata cuando no lo amás […] esos son los días en que uno no puede escribir. Uno escribe cuando el mundo tiene múltiples dimensiones’. A modo de introducción, el documental comienza con imágenes de paisajes en verde: árboles del Delta del Tigre, árboles en Zavalla, árboles de la seda (Albizia julibrissin), jacarandás sobre las calles llenas de autos y autobuses de Buenos Aires, yuyos que cuelgan de una pared de una casa, hasta mostrar plantas en macetas en el jardín de Diana en el barrio porteño de Palermo, en Buenos Aires, que asemejan un oasis en medio de la ciudad. Allí se escucha la voz en off de la poeta: “La ausencia de ese silencio continuado hace que escriba mucho más en la isla (del Delta del Tigre) que en Buenos Aires.”

El jardín, y la experiencia de la naturaleza, de lo verde, sus aves y animales, y por extensión del mundo natural que la rodea, ha funcionado siempre en la obra de Bellessi (Argentina, 1946) como metáfora de la escritura feminista, de la acción política de rebelión contra la violencia, la injusticia y la destrucción del planeta y los seres y animales que lo habitan. El mundo natural es visto por la poeta como un mundo multidimensional, complejo y que es necesario proteger.

En su vasta obra poética, ensayística y de traducción, Bellessi ha explorado una y otra vez su fascinación por la complejidad del mundo vegetal, por las plantas y las flores a su alrededor, por los ríos y las poblaciones que dependen de ese medioambiente para su subsistencia, nunca moralizando, sino trascendiendo esa experiencia de la naturaleza en un acto de acción por su preservación. Una de las obras donde más ha quedado expuesta esa problemática ha sido El Jardín (1992), donde la experiencia de lo verde y la naturaleza, se desestabiliza a partir de lo político, lo revolucionario y social. Cada una de las cuatro secciones del libro: Golpe de Estado, Estado de Derecho, Leyenda y ‘Un Día Antes de la Revolución’ funcionan como significantes dentro de un mundo de lo verde, lo íntimo y lo bello, dando a entender un estado de cosas en Argentina a diez años del fin de la sangrienta Dictadura militar (1976-1982).

“Belleza bárbara/del matorral salvaje/donde asoman/las flores más pequeñas/y delicadas: capullos/espigas y florecitas/redondas como coronas/que a su centro/petalan. Belleza/disciplinada donde se abren/las rosas pálidas y moteadas/o alguna reina/aislada, alada”. En el jardín de Bellessi, ese paraíso mitológico que es toda Argentina, y porque no toda Sudamérica, lo verde y la retórica vegetal es sinónimo de defensa de un medioambiente y de una sociedad cada vez más avasallada y en peligro de explotación: no sólo por la autoridad patriarcal, sino también por la depredación capitalista, por las fuerzas neo-colonialists, y la violencia de Estado.

“Escribir más/y más de lo mismo es/otorgar consistencia/al jardín […]En las semillas/el peso cae/La fragilidad del clima/basado en su repetición/les asegura inmortalidad”.

Bellessi configura una subjetividad ecológica que aboga por relaciones de convivencia siempre en estado de precariedad, el clima es siempre frágil y deja al planeta y a sus habitantes al borde de un abismo inevitable. La poeta escribe para entender al mundo (verde y precario) que la rodea, para dejar en evidencia su fragilidad constante, para enunciar también el poder de rebelión y revolución del mundo natural.

En su libro Variaciones de la Luz (2011), considerado por la propia poeta como una de sus obras más importantes, Bellessi también explora nociones de ecopolítica, esta vez a partir de la metáfora de la luz como conocimiento para entender y explicar el mundo que la rodea, desnudándolo y dándole sentido. Así, en su poema ‘Silva en la lluvia’, la poeta describe el momento en que la lluvia transforma el paisaje (del Delta del Tigre), acechándolo con el peligro de la destrucción (inundaciones), y al mismo tiempo dándole vida: “Cuando llueve día a día/las aguas del río suben/las del cielo descienden/el verde se vuelve humo/y los pájaros tienen/en el diminuendo de la lluvia/una voz de cristales que se quiebran/de embriaguez en la claridad del día/y se diría que el celeste acecha/para romper el cielo/con su promesa, somos como huérfanos/atentos a un rayo de sol.” La poeta como huérfana que observa, siempre a la espera de esa luz solar, como el ave que habita el Delta, y que depende de ella.

Bellessi se ha interesado siempre por aquellos sin voz, por los más desprotegidos y vulnerados, volviendo más y más la mirada en ese sujeto sin habla que va desapareciendo, pero que la maravilla, desde una flor o un ave, hasta un animal que, por casualidad, ha visto desde la ventana de su pequeña cabaña en el Delta del Tigre.

Hacia el final del filme ‘El Jardín Secreto’, Bellessi aparece sentada en la baranda de su casa del Delta del Tigre leyendo el poema ‘Cabritas’ de su libro Pasos de baile (2014). Lee despacio mientras se escuchan los ruidos de aves, insectos y el río como una música de fondo, en un paisaje que la abraza. En el poema, la poeta argentina describe el momento casi religioso de un encuentro que ha tenido con dos cabritas del monte en el Tigre, rescatando así esa unión trascendental entre humanos y animales, entre naturaleza y la mujer, en un fino balance entre belleza y lo efímero: “mientras sale el sol y trinan/las ranas en la zanja/como trinan pájaros palabras/llevados por el viento sur/que despeja las nubes/mientras todo baila.”

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