Poems

Jane Eyre, por favor acercarse al mostrador

Jane Eyre, por favor acercarse al mostrador
dijeron en el aeropuerto de Heathrow por el altavoz.
Ahí yo estaba ocupándome de lo mío.
Y cuando ella se acercó, estaba gritando:
Yo me llamo Bertha; no me llamo Jane Eyre
Yo soy de Kingston, Jamaica. Fíjese.
Y bueno, la habían esposado.
¡Ras! Revoleó el pelo negro y pataleó
contra el piso enojada: Tengo tanta alma como tú,
le gritaba al empleado de Migraciones,
¡y tanto corazón! ¡Yo me llamo Bertha!
Y el hombre le agitaba un formulario en la cara
diciendo firme acá, firme acá, Jane Eyre, firme acá.
Deje de gritar, señorita, o va a acabar detenida.
Y Bertha era dignidad, calidad, ¿ya tú sabe’?
No soy ningún pájaro y ninguna red me atrapa,
soy un ser humano libre con voluntad propia.
Dice en una voz que ha llega’o de los milenio’.
Ey ey, por un minuto pensé que estaba soñando.
¡Pero momento! Así de rápi’o como ella aparece
ella desaparece: arrastrá’a por el piso, pateando, gritando.
Y al instante se fue formando una larga fila
como una pregunta enorme por la Terminal Cuatro
y toda la gente decía lo mismo. ¡Un desastre!
Cómo tratan a esa mujer. Pobre titi.
¿Quién era? ¿Quién era Jane Eyre? ¿Quién era Bertha?
Y la gente del moHtrador decía una y otra vez,
No tenemos la libertad de confirmar nada.
¡Que NO tenemos la libertad! ¿ya tú sabe’?
¡Y a MÍ me ‘tan acusando ello’ de paranoia! ¡Ti ti!